09 Mar La procesionaria del pino: Una amenaza para tu mascota
Hemos considerado redactar este artículo dado que cuando se va terminando el frío y se acerca la primavera aparece la posibilidad de que nuestras mascotas tengan este desafortunado encuentro con estas orugas, la procesionaria del pino. Un encuentro, sin duda, realmente peligroso ya que son una gran amenaza para nuestros perros.
Normalmente el riesgo se eleva entre febrero y abril, pero debido al cambio de clima que se está produciendo, cada vez es más fácil encontrarla mucho antes, incluso en el mes de diciembre como en este año. En clínica Innova Veterinaria ya hemos asistido de urgencias a varios animales que han tenido la mala suerte de contactar con esta oruga.
Os mostramos el ciclo de la oruga del pino o procesionaria (extraída de Sr. Perro):
Epidemiología: Depende totalmente del ciclo biológico de la procesionaria. Es un lepidóptero nocturno cuyo nombre científico es Thaumatopea pytocampa o procesionaria. El ciclo biológico empieza al final de verano cuando las mariposas salen del terreno. Se produce la fecundación y las hembras vuelan a depositar los huevos en forma de cápsulas en las hojas de los pinos. Durante el desarrollo de las larvas se va formando el “bolsón” o nido. El momento fundamental del ciclo es cuando en primavera (típicamente), con la ligera subida de las temperaturas, las orugas bajan en forma de procesión guiadas por una hembra que teje un hilo conductor. Su destino es enterrarse para acabar su ciclo, formar la crisálida de donde saldrán al final las mariposas. Este el momento más peligroso pues la forma de desplazarse atrae a nuestros animales y se produce la intoxicación.
El contacto con la toxina: El contacto se producirá sobre todo en el perro ya que los gatos suelen ser más astutos para evitar a esta oruga. El contacto con las hileras de orugas, con los pelos caídos, con los pelos que lleva el viento, etc. hace que se produzcan afecciones que pueden ir de menos a más graves en función del grado de contacto y el lugar de la absorción.
-Glositis: inflamación de la lengua o incluso necrosis parcial.
-Queilitis: inflamación de los labios.
-Estomatitis necrotizante: Pérdida de parte de los tejidos de la mucosa oral.
-Conjuntivitis: incluso úlceras o perforaciones corneales.
-Rinitis aguda.
-Ulceras gástricas: si llegan a ingerirse. Incluso la muerte.
Las toxinas que liberan los pelos que envuelven el cuerpo de la oruga se llaman Taumatopeínas. Como mecanismo de defensa, estos pelos se rompen causando su liberación y el contacto con el animal.
Tratamiento:
-Se basa en el uso de corticoides de acción rápida vía intravenosa, asociados o seguidos los días siguientes por antihistamínicos.
-Además hay que administrar, según criterio veterinario, medicación de soporte para minimizar los efectos secundarios del contacto con esta toxina, tales como protectores gástricos, antibióticos, etc.
-En función de la severidad del cuadro, es posible que haya que administrar al animal una sedación más o menos profunda para poder realizar un buen tratamiento local de las lesiones y profesional.
Prevención:
-La mejor medida contra esta intoxicación es evitar la exposición en los periodos de riesgo con la oruga.
-Evitar pasear por las zonas de pinos en la época de riesgo (desde final del invierno hasta abril), sobre todo, si vemos en las ramas de los pinos los típicos “bolsones” blancos que nos indican que hay procesionaria por la zona.
-Dar parte a las autoridades competentes para que instauren las medidas correspondientes, según sus protocolos.
¿Qué hacer si sospecho que mi perro ha contactado con una oruga?
Si después de frecuentar un área de pinos sospechosa observas que tu mascota saliva más de lo habitual, se toca la zona oral con las patas, se frota la cara con inquietud o tiene una conducta anómala, no dudes en realizar estos tres sencillos pasos:
- Lavar la lengua y cavidad oral con abundante agua templada. El calor desactivará la toxina.
- Nunca frotar la parte lesionada pues romperemos los pelos y favoreceremos la liberación de la toxina y su toxicidad.
- Acudir al veterinario de urgencia rápidamente.
