05 Jul Cómo evitar un golpe de calor en perros: pasa un verano seguro
El calor del verano, cuando las temperaturas alcanzan picos y en las horas centrales del día, puede suponer un contratiempo tanto para muchas personas, pero sobre todo para los animales que dependen de ellas. Si no nos preparamos para afrontar esta etapa debidamente, es posible que el verano nos juegue una mala pasada, por lo que es importante saber cómo evitar un golpe de calor en perros: pueden estar pasándolo mal y no se quejarán, lo que no significa que estén menos expuestos que cualquier otro miembro de la familia.
Los golpes de calor son la reacción de nuestro cuerpo para conseguir mantener la temperatura corporal ante temperaturas prácticamente extremas. Al igual que la sudoración humana sirve para equilibrar nuestra temperatura corporal, los perros también transpiran, aunque disponen muchas menos glándulas sudoríparas que los humanos. Eso implica que, cuando el ambiente es muy caluroso y la temperatura corporal tiende a aumentar, el cuerpo de los perros comience a trabajar para mantenerse estable y no entrar en niveles de riesgo.
A la hora de pensar cómo evitar un golpe de calor en perros hay que fijarse, en primer lugar, en ciertos síntomas: la boca excesivamente abierta, un jadeo excesivo o muchas babas pueden ser señal de que nuestro perro está tratando de bajar su temperatura corporal y sobreponerse al calor. También los ojos rojos nos indican que habrá que estar atentos a su estado para evitar que el calor convierta una simple situación incómoda en un caso problemático para su salud.
Consejos para evitar un golpe de calor en perros
Tanto para la salud general como para evitar los golpes de calor, la clave está en una misma palabra: prevención. Aunque el calor sea severo, si seguimos una serie de pasos será factible que nuestro perro no llegue al punto de sufrir un golpe de calor. Algunas pautas:
- Nunca, bajo ningún concepto, dejar a nuestro perro encerrado en el coche, especialmente si está al sol. Puede producirse un recalentamiento, el animal podría estresarse y ese agobio se transformaría en un jadeo más persistente y una temperatura corporal en aumento ante la que su cuerpo no pudiese reaccionar bien. Lo mismo en casa: no deben quedarse encerrados en espacios demasiado calurosos o propensos a sobrecalentarse, como terrazas o habitaciones que reciban sol directo.
- Agua fresca y limpia. Los perros, al igual que los humanos, deben poder combatir el calor con hidratación, sobre todo con agua fresca… pero nunca congelada. Un contraste excesivo podría ser más perjudicial. Bastará con unos cubitos de agua en su bebedero.
- Nunca hacer ejercicio en las horas punta de calor. El sol puede ser excesivo, lo que unido al esfuerzo podría provocar un golpe de calor a nuestro perro. De hecho, el deporte habrá que medirlo incluso fuera de las horas centrales del día, ya que el asfalto podría mantener una temperatura demasiado elevada después de todo el día recibiendo calor.
- Pasear por la sombra. Parece obvio, pero habrá que extremar la precaución. Es necesario salir a pasear, no podemos estar todo el día encerrados en casa, pero sí podemos ser cuidadosos en los paseos para hacerlos por la parte de la calle que menos sol reciba, de forma que la sombra sea una protección más contra el calor.
- Refrescar al perro. Mientras paseamos, pero también en casa, podemos tener un pequeño sifón, o alguna toalla fresca y mojada, con la que refrescarles las zonas de ingles y axilas, que ayudarán a equilibrar la temperatura corporal del perro.
- Sentido común. Hay que pensar en el bienestar de nuestro perro y tener empatía si le vemos muy acalorado. Es un miembro más de la familia y, como cualquier otro, puede necesitar que pongamos un rato el aire acondicionado, que abramos una ventana o que le demos algo refrescante para tomar.
Primeros auxilios ante un golpe de calor en un perro
En ocasiones, por mucho empeño que le pongamos, o cuidadosos que seamos con la parte preventiva, el golpe de calor puede producirse: hay razas más propensas que otras, el color del pelo influye y también lo hacen muchos factores que no siempre están a nuestro alcance. Por eso, si se da la situación, debemos saber cómo actuar con algunos consejos de primeros auxilios.
- Sacarlo de donde está. Un golpe de calor en perros suele tener como punto de partida el lugar en el que el animal se encuentra. Si estamos en la calle, resguardémoslo a cubierto; si está en una habitación concreta, llevémosle a otra más fresca. El ambiente influye mucho.
- Deberemos refrescarle axilas, ingles y nariz, así como la boca, pero sin obligarle a beber en ningún caso. Sí podemos, con la boca abierta, tirarle agua para que mojársela por dentro. Agua fresca, pero no congelada.
- Cuidado con las piscinas. Quienes viven en hogares con piscina pueden tener la tentación de entrar con el perro a la piscina para que se enfríe de golpe, pero no es recomendable. Un contraste demasiado excesivo en una situación de golpe de calor podría provocarle una vasoconstricción, los capilares se cerrarían y la temperatura corporal aumentaría todavía más: medida contraproducente.
- Atención veterinaria. Cualquier medida que podamos adoptar en casa para evitar la primera reacción al golpe de calor será meramente temporal, ya que un caso así requiere atención veterinaria urgente. Mojar al perro o tratar de enfriarlo en la medida de lo posible solo debe ser un primer paso antes de acudir de manera urgente al veterinario: aunque consigamos estabilizar la temperatura del animal, será preciso que reciba atenciones expertas para valorar el alcance del problema, ya que puede provocar fallos hepáticos, renales e incluso multiorgánicos. Las 48 horas siguientes al golpe de calor son importantes, y el animal podría necesitar goteros o sueros atemperados no solo para salir de la situación de colapso, sino para estabilizarse en los días siguientes. Por mucho que parezca que el perro ha superado el golpe de calor, conviene acudir igualmente al veterinario para que compruebe que todo está bien.
Ante cualquier situación, contacta con nosotros. Nuestros planes de salud caninos cubren todas las consultas, no solo los chequeos preventivos sino también las consultas reactivas ante problemas de salud que puedan ocurrir, sea un golpe de calor en perros u otra situación, así como las revisiones posteriores. Con sentido común y unas pautas correctas, no habrá problemas para disfrutar del verano junto a nuestros perros.
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